jueves, 29 de marzo de 2012

CHOCOLATE PARA ADELGAZAR, PERO TAMPOCO....

¿Chocolate para adelgazar?

Varias barras de distintos chocolates.| Philippe Huguen
Llegan buenas noticias para los amantes del buen chocolate. Investigadores de la Universidad de California (San Diego, EEUU) publican un estudio que constata que las personas que más lo consumen tienen índices de masa corporal (IMC) más bajos que los menos 'adictos' al cacao.
Beatrice Golomb es la autora principal del ensayo que ha visto la luz en el último 'Archives of Internal Medicine'. En declaraciones a ELMUNDO.es confirma: "Hemos comprobado que los que comen más chocolate a menudo tienen un IMC más bajo. Este hecho se produce a pesar de otros factores que pueden influir en los resultados como que no hacían menos ejercicio o consumían menos calorías".
El chocolate ha demostrado "en varios trabajos tener asociaciones metabólicas favorables con la presión arterial, la sensibilidad a la insulina y los niveles de colesterol. Es rico en antioxidantes fitonutrientes como las catequinas lo que podría contribuir a su acción beneficiosa tanto en la sensibilidad a la insulina como en la presión sanguínea. Sin embargo, dado que el chocolate se consume como y un dulce y tiene calorías, despierta preocupación relacionada con su ingesta y el aumento de peso", declaran los investigadores en la introducción de su artículo.
Los científicos llevaron a cabo un estudio con 1.018 hombres y mujeres de entre 20 y 85 años a los que se les realizaron cuestionaros sobre su consumo de chocolate y otro tipo de alimentos como frutas y verduras además de la ingesta de calorías. Además, se tuvo en cuenta su IMC y cuántas veces al día (de los siete de la semana) practicaban ejercicio.
"Los participantes tenían una edad media de 57 años y el 68% era varón. La media de consumo de chocolate era de dos veces a la semana y se ejercía deporte más de tres veces cada siete días", determinan los investigadores. Los datos revelan que aquéllos que más cacao ingerían gozaban de un IMC más bajo que los que menos lo consumían. "Estos resultados fueron reforzados tras llevar a cabo una serie de ajustes como la ingesta de calorías, la actividad física u otros factores que podían alterar los resultados", se insiste en el trabajo.
Comentan, también los investigadores que "los productos de chocolate son a menudo ricos en azúcar y grasa, lo que contribuye al supuesto de que el cacao eleva el IMC. Ese trabajo no elimina la posibilidad de que algunos chocolates lo eleven, o que en algunos perfiles de personas suceda este efecto incluso con ingestas moderadas".
Pese a todo, la doctora Golomb defiende que el estudio "amplía las asociaciones metabólicas favorables del chocolate. Ya se le había relacionado con una mejor sensibilidad a la insulina y con la disminución de la presión arterial, efectos metabólicos que a menudo se relacionan con el peso". Dados todos estos datos, la científica y su equipo sugieren que se lleven a cabo más estudios "en poblaciones porque merece la pena establecer los beneficios metabólicos del cacao".
En cuanto a qué chocolate es el mejor para obtener las ventajas mencionadas, la directora del ensayo reconoce "que nuestro estudio no se ha ocupado de esta cuestión. Pero yo diría que influye su preparación. Se deberían evitar los que incluyen grasas hidrogenada en su elaboración. Lo importante es centrarse en los que estén elaborados con las únicas materias grasas procedentes de la manteca de cacao"

Fuente: elmundo.es
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miércoles, 21 de marzo de 2012

EMPRENDEDORES, RÍETE DE LA CRISIS


 






Habrá quien piense que cualquiera que se decida a abrir un negocio en épocas de crisis es un loco, un Superman o, como mínimo, un inconsciente. Es cierto que durante 2008 la tasa emprendedora descendió un 8% –según el último Informe GEM publicado– y que el número de empresas que se cerraron subió en un 30%. Sin embargo, para la mayoría de los expertos, emprender en tiempos de vacas flacas no es una mala opción. Más bien todo lo contrario. Sabido es que el símbolo chino para representar el concepto crisis se puede traducir a la vez como peligro y como oportunidad y la barrera entre uno y otro significado está en la mente y la habilidad del empresario.
Las señas de identidad
Los nuevos emprendedores que han montado un negocio suelen tener una serie de características, habilidades y rasgos psicológicos más o menos comunes. Éstos son los más habituales:
Ser muy optimista. “No se trata de un optimismo inconsciente, sino que está impregnado de inteligencia y racionalidad, pero es necesario ese punto de optimismo para lanzarse a una aventura que todo el entorno desaconseja”, señala Iñigo Manso, socio director de Elogos. “Hay emprendedores que agradecen una situación como ésta porque entienden que se van a generar proyectos más sólidos y profesionales y que para cuando empiece a arrancar su aventura habrán desaparecido muchos competidores”, apunta Álvaro Sancho, profesor del IE Business School.
Austeridad. La gran ventaja que supone empezar cuando las cosas vienen mal dadas es que arrancas con los pies bien firmes sobre el suelo. Ajustas los costes y los gastos al máximo y rebajas las expectativas, lo que contribuye enormemente a hacer un plan de empresa mucho más realista y pragmático que los que se estaban haciendo estos últimos años, donde la bonanza impulsaba a hacer pronósticos demasiado idealistas.
Mayor provisión financiera. A la hora de calcular el presupuesto del proyecto, es necesario ampliar al menos en un 20% la partida de inversión, ya que las ventas van a llegar más tarde de lo habitual y es posible que con plazos de pago más largos. Es necesario tener este colchón para los dos primeros años y lo mejor es que provenga de fondos propios porque el acceso a la financiación está complicado. Estos problemas de acceso a los créditos favorecen la proliferación de empresas de un tamaño pequeño.
Paciencia. Venimos de un periodo en el que los proyectos adquirían velocidad de crucero, la crisis sin embargo, es positiva para imprimir un poco de lentitud a la maduración de cualquier idea de negocio. No arranques pensando que te vas a posicionar nada más empezar, plantéate un posicionamiento a medio plazo, a unos tres o cuatro años vista, para que cuando se inicie la recuperación tú ya estés bien situado. Ármate de paciencia y olvida el cortoplazo.
Aprovechar las ventajas. La crisis abre puertas a algunas opciones que antes eran impensables: locales más asequibles, recursos humanos preparados... “Ahora mismo hay un chollo para fichar buenos empleados que hace dos años eran inalcanzables. Hay en el mercado profesionales valiosísimos y más accesibles”, insiste Sancho. Otra ventaja es que te puede permitir ajustar precios y condiciones con proveedores.
Ser muy flexible. Si la flexibilidad es siempre una de las principales bazas de cualquier emprendedor, en ciclos económicos negativos se convierte en imprescindible porque es necesario saber adaptarse a las circunstancias. Eso sí, como recomienda Mathieu Carenzo, profesor del IESE, “la flexibilidad tiene que estar en el ADN de la empresa, debe ser tanto estructural como del modelo de negocio. No sólo has de flexibilizar tus estructuras al máximo externalizando todos los servicios posibles para eliminar costes fijos, sino que también debes saber adaptar tu oferta a lo que demanda el mercado. Y eso las pymes lo pueden hacer muy bien porque pueden ser más rápidas”.
Rentabilizar las nuevas tecnologías. Con un consumo paralizado, darse a conocer es más difícil que en circunstancias menos limitadoras, por eso nuestro consejo es que aproveches las herramientas que te ofrece el mundo on line para realizar un márketing digital efectivo sin olvidar ni el telemárketing ni el buzoneo.
Buscar mercados más allá. Precisamente Internet abre la posibilidad de llegar a mercados de otra forma intocables. Ahora es necesario pensar en ser un emprendedor global que pueda llegar a mercados que hoy por hoy todavía no están en crisis de demanda. Es importante, como defiende Eugenia Bieto, subdirectora estratégica corporativa y profesora de emprendimiento de ESADE, “tener la vista puesta en el mercado internacional, porque hay algunos que no están en crisis. Todas las comunidades autónomas tienen oficinas de ayuda para el comercio exterior. Que acuda a ellos para que le ayuden asesorándole y proveyéndole de fondos”.
Cuidar mucho al cliente y a los proveedores. De las crisis resurgen sólo aquellos que lo hayan hecho bien y para eso es necesario cuidar mucho al cliente: una atención más personalizada (ahora tienes más tiempo) y un servicio muy focalizado son bazas que los consumidores agradecen y que te ayudarán a diferenciarte de la competencia. Y también a los proveedores porque eso te da capacidad para renegociar los alquileres y los tiempos de cobros.


Fuente: Emprendedores.es

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